Todo comenzó con la bendición de ser madre en una isla paradisíaca del caribe, República Dominicana, donde quería disfrutar de cada etapa, vivir el presente y soñar con todo sin haber tenido nada (es decir, renunciar a mi trabajo fijo para ser madre presente y no perderme ni un segundo del desarrollo de mis hijos).

Amanda, mi primera hija, fue el motivo principal para que a los tres meses de nacida, dijera: «¡prefiero estar con mi familia, mejor renuncio!» y así lo hice; Franklin, mi esposo, siempre estaba en búsqueda de posibles negocios, entre ellos manejaba un restaurante, por lo que el dinero no era una preocupación en ese entonces.

El restaurante era una novedad en su momento, ya que importaban de todo tipo de alimentos, entre ellos cheesecakes, pero por los temas aduanales de esa época no siempre estaban disponibles, y para ese tiempo quedarse sin el postrecito del medio día era a big deal!. En esa situación recordé el cheesecake de cherry que siempre realizaba para las cenas de thanksgiving (porque era el único que sabía hacer), por lo que en virtud de ayudar en el negocio, decidí llevar 12 cheescakecitos; y para mi suerte, ¡se vendieron todos! A partir de ahí dejé unos flyers en caja para que pudieran ordenarlos y comencé a visualizar una posibilidad de ingreso que jamás había considerado.

Hasta que… (viene drama) un día, para navidad, por fin logramos ir a uno de los restaurantes top en ese momento que recién abría sus puertas (cuyo nombre nunca lo menciono por respeto, pero ellos saben quiénes son y lo mucho que les agradecemos) ajá, entonces, fuimos al restaurante y les llevamos un bizcocho de manzana, que cabe resaltar, es el de temporada navideña que aprendí a hacer de mi Tía Mónica y se lo llevamos pensando en que era la opción que más se adaptaba al postre que se pedía en restaurantes en esa época. Al entregárselo el dueño nos dice, está muy bueno pero: “yo lo que ando buscando es un buen cheescake”, y OBVIAMENTE nosotros actuamos rápido y le enviamos los mini cheescakes para que lo pobaran; cuando le dejamos la muestra, al otro día recibimos este mensaje: “deliciosos yo quiero 100 para el sábado y 100 para el martes”. Desde ese 11 de Diciembre del 2008, oficialmente dimos inicio a MINI CHEESECAKE (así nos llamábamos inicialmente).

Viendo todo en perspectiva, es increíble cómo inició, desde la cocina de mi casa en el 2007 haciendo solo cheesecakes de cherry, a pesar de que la gente me dijera que hiciera más que “solo cheescakes”, y hoy ya somos una fábrica de más de 2000 mts en el 2024. Con especialidad en cheescakes, con más de 40 sabores de cheescakes, con líneas exclusivas para terceros, transformando cualquier dulce que se te ocurra al rico sabor del cheesecake y una amplia variedad de dulces artesanales de diferentes tamaños, presentaciones y sabores; basándonos siempre en la calidad e innovación. Minis by Mónica (como nos suelen llamar ahora) sigue siendo un sueño hecho realidad, y como nos encanta conquistar los paladares, continuamos llevando el sabor dominicano del cheescake por todo el país.

En Minis by Monica, creamos historias que cuentan el amor por la familia, el sueño de emprender y el delicioso sabor de la vida (que evidentemente sabe a cheesecake de cherry). Así que gracias por ser parte de esta historia. ¡Te invitamos a seguir disfrutando de cada mini experiencia que hemos creado con tanto amor para ti!

«ve lento y confía en tu propia intuición, que lo que viene para ti es grande y eso amerita su tiempo»